Cambiar el foco, iluminar una cosa diferente mientras uno se derrite.
La solución se encuentra ahí donde uno la deja, la pregunta es perseguidora mientras se quiera ser perseguido, mi silencio algunas veces me atormenta, solo, cuando yo quiero en silencio recordar.
Mirar allá, enfocarse en algo, tal vez esa fue la solución del mundo para evitar ver todo el panorama y sentirse culpable, o agobiado.
Ver solo las rocas o solo los pensamientos, solo los números, solo las letras.
Mientras uno se derrite quiere escapar, no sentir las tripas dolidas, abiertas, el engaño, no sentirse derritiendo.
Cuidar de si mismo es difícil, el mundo es muchas cosas ademas de Uno mismo, algunas veces ni las ventanas sirven para suicidarse, algunas veces llega la angustia de vivir ahí, en el presente, siendo sin Definirse, viéndose cambiar y ser el mismo.
El que quiere ahogarse intenta dejar de respirar, en silencio nadie puede dejar de pensar, la salida es enfocarse, prestar atencion a algo mas, pero la atencion al ser dispersa no me deja estar tan inerte como los demás, una cosa en frente es mil cosas a mi lado, dentro de mi.
Mi tormenta retumba en este cráneo, descrito tan vació pero lleno de algo: cómo de fantasmas.
Este sitio es un caviladero, un pedacito de roca en la infosfera (el ultimo continente de la semiosfera) sobre el cual destapo mi cráneo y aplasto mis neuronas. En él principalmente desuello el lóbulo frontal pero, como todo buen conexionista neurológico supone, al aplastar una de las partes del cerebro se alteran prácticamente todas y la armonía que controla el delicado equilibro de lo psíquico necesariamente se destapa en su ausencia y su presencia. Leed si os interesa, si hay tiempo y si no.
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