Rebuscar a ver

miércoles, 5 de agosto de 2020

57. El tiburón, el caracol, el gato y el conejo


Hay una vaca en un trampolín
y un cadáver que va pasando,
dejando la estela de lo vivo
que su cuerpo alimenta.

Hay magia en las
palabras que
separadas por un
renglón, ajustan
el punto para
decirlo todo con
lo suficiente.

Hay unos dientes
hermosos y alguien
precioso con ellos,
es conocible, eso
he dicho.

Hay tantos cambios
en mi vida,
tantas promesas de
la nada, todo es
posible y ello
lo hace fatal,
es el momento
del suicidio,
la destrucción:
quemaré la jaula
y correré desnudo
mientras me derrito.

Hay alas negras,
pies quemados
y pájaros constelados
que vuelan sobre
el nudo de mi alma,
soy un nudo,
soy un todo
y una nada.

¿Cómo definimos
cuando hay tantas
e incompletas
enciclopedias
(palabras rotas)?
Hoy los limites
se desarman,
se desdibujan
y borronean,
los días pasan,
cada vez está
todo más cerca:
leer, leer, leer,
devorar,
escribir, aprender,
ser,
hoy mi humanidad
se pospuso para retarme
con el conjunto de los desafíos:
Ya no es cocinar,
es comer y cocinar,
ya no soy yo,
es ser con los que puedo
serlo,
ya no soy yo,
es quien estoy siendo,
es a quien estoy llegando
pues,
soy el puerto y el navío,
soy la mar y el tiburón,
el caracol, el gato y
el conejo.

 

- Derenif?


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