Rebuscar a ver

miércoles, 22 de julio de 2020

27. Momento de responder 1

Momento de responder,

hoy no hay sombras

ni calor,

no hay negros contrastes

ni gusanos de colores.

 

Hoy hay reguetón,

hay un día frio,

hay una cercanía

con mi anhelada vida:

escribir, escuchar música

y mientras recibir dinero.

 

Estoy ligeramente desgarrado:

entre el amor (filia)

y el desamor romántico.

 

Me bañaba y mientras

el agua fría

bajaba por mi piel,

mientras mi mirada se enfocaba

en la pared de cuadrados azules,

pensaba en lo enamorado que

estoy de la palabra amistad (Filia)

y cuán cierto llega a ser

que los hombres

(hasta mi generación)

somos

homosociales y homoeróticos:

respeto, admiración,

abnegación y confianza con

nuestros amigos,

dialogo prístino y sin

dobles intenciones con

ellos mismos.

 

He pensado resolver

esa contradicción

abrazando la apariencia:

confiar en y ser confidente

de quien se acerca,

intentar aprender y enamorarme

de lo valioso del que habla,

es forzado para todos

pero se siente un poco más genuino,

un poco.

 

El rayo doblega,

su golpe es poderoso,

certero,

es como leche bajando por un muslo,

como un cuerpo desnudo ante un

espejo de cuerpo completo.

 

El rayo llega y consigue

que mi admiración,

sea dada,

sin ninguna puta excusa,

a una mujer,

ninguna excusa,

quisiera ser aliade y

decir

que mi crianza no me hizo

genuinamente selectivo,

que ha sido igual de fácil acercarme

a Miller que a Lispector,

no es así.

 

Admiro muchas mujeres,

ha sido un poco más o menos difícil,

tarde mucho en leer a Clarice,

sabía de ella pero no me acercaba,

tarde mucho en aceptar que mi madre,

que mi abuela,

que mis amigas, eran tan interesantes,

tan admirables,

tarde,

entre otras cosas

por el entrecruzamiento de

niveles,

porque la resistencia

permitió mi establecimiento

en mi infancia.

 

La historia no es

una historia de milagros,

el camino estaba hecho,

muchas y muy interesantes amigas,

unas queridas y profundas exparejas

que me hicieron chocar con

el espejo,

que me recordaron lo bueno y

lo malo de mi "cuerpo"

(nadie sabe lo que puede un cuerpo),

que me evidenciaron

los enfermizos ciclos en que vagabundeo.

 

No sé cómo decirlo,

el rayo se hizo real,

su eléctrico toque

prepara mi cuerpo para inusitadas

experiencias,

nuevos vacíos,

nuevas llenuras.

Mierda, es que aterra.

 

Por fin, algo que aterra,

algo que desestabiliza

y ese algo no es solo ella,

es mi situación pues

"si no me salvo a mí,

no la salvo a ella"

dice Gasset,

es así.

 

Aterrado, confundido, Deseoso,

arrobado entre dos abismos

que me observan,

que no siempre están allí,

que me ignoran,

que yo ignoro,

dos abismos que encogen mi corazón,

que diluyen la roca de mi pecho,

dos abismos que me llenan

de vértigo,

que me encogen la piel,

que me hacen pensar:

en dónde estoy,

qué puedo hacer y

qué tan inerme estoy.

 

Dolor y alegría,

la muerte y el nacimiento

hacen parte del

continuo de la vida,

nada se supera,

el pasado no queda atrás,

los ciclos nunca se cierran,

las heridas son marcas,

de profundidad variable,

el cuerpo es un amasijo de borraduras.

-Primer e infructuoso intento.

 

-EGO Derenif Yahir G.


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