los días pasan y sigo teniendo muchos
(desafortunadamente?),
la base de datos se desarma,
se eliminan pedazos,
se reconstituye.
(substratos).
Faltan horas de trabajo,
horas que resultan
más eternas y provechosas
que mis días,
un día que dura
menos que una hora.
Faltan besos y sonrisas,
faltan vacíos debido a desamores,
lagrimones vaciados de potencia,
momentos eternos
que se desvanezcan en mi memoria,
faltan poemas
que nunca pudieron escribirse,
(nunca debieron escribirse?).
Faltan dos años,
dos deliciosos y tristes y felices años,
dos años sin letras,
falta un amor tan mío,
faltan tus besos,
faltan esas miradas,
las sonrisas en mi cuarto.
No eres tú,
éramos las letras y yo,
éramos mis manos y yo,
éramos mi voz cada vez mas
cortada, disipada, vagabunda,
dubitativa.
Los actos son más importantes,
los actos son más etéreos,
la memoria puede y se modela,
un agujero se llena,
un beso se imagina,
una caricia se inventa,
(pero)
las letras también son ficticias
aunque permanecen para ser borrones o enmendaduras
(no es eso lo que ocurre en la memoria?).
Te debo uno, dos,
te debo mil poemas,
cartas de amor,
besos en tinta,
caricias garabateadas,
que mi voz te lea poemas,
te debo dedicarte canciones.
Hice más por ti que por nadie
pero al final,
te di menos de lo que le di a cualquiera,
una voz extraña
reanimó mi poesía
(aunque pudo ser Carmona,
efectos secundarios de un buen Maestro)
reanimó estos dedos que rasguñan la revelación,
letras legibles,
ininteligibles como el Oráculo de Delfos.
-Edwin Yahir Galvis, Derenif?
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